29 de diciembre de 2009

Juegos de niños

Un día quisiste suicidarte conmigo
pero nunca salimos a jugar juntos.
Ahora, hundidos en ansiosa ceniza,
nos da miedo hasta vernos los ojos.

Atrévete a jugar, sufre conmigo,
equivócate y miente al mundo.
Engáñame, engáñate y asesina.
Al final sabes que será divertido.

En Kärlekshistoria

No tuvieron miedo de perderse
en el triste mundo de lo adulto.
Mantuvieron jugosas ventajas
en forma de estúpidas sonrisas.

La alegria se los merendó y no hubo
quien tuviera valor suficiente
para amargarles su incoherente
inocencia de verano.
Bailar a los trece no tiene secreto.

Y bailaron noche y día,
en el estómago de la alegría.
El horrible mundo continuaba
real, paralelo y ajeno.

Pero una voz estridente con forma
de conciencia moribunda,
sembró desorden, sembró dolor.
Interpelando lo prohibido,
interpelando la dulzura.

Así no había quien bailara
y las sonrisas de desvanecieron,
se esfumaron, y la alegría,
como parece que debe siempre ocurrir,
al final empezó a digerir.

En Kärlekshistoria

27 de diciembre de 2009

Me obligo a ser infeliz

Decido vivir agarrado por siempre,
no se si decido o me obligo,
al sueño de la infancia,
al amor adolescente,
al nunca me llama, maldita.
Con lo que yo siempre la he querido.

Decido llorar de nostalgia,
no se si decido o me obligo,
nostalgia de lo que nunca pasa,
de lo que nunca siente,
de lo que nunca me dice.
Con lo que yo siempre la he amado.

Me obceco en reservar un hueco,
no se si me obceco o me obligo,
para su ausencia impenetrable,
para los llantos que no consolé,
para los labios que nunca rocé.
Con lo que siempre la he añorado.

Me abstengo de olvidarme de nadie,
no se si me abstengo o me obligo,
de olvidar recuerdos vacíos,
de escalar mi mente embotada,
rascando mi razón para ella.
Con lo que yo siempre la he pensado.

Me obligo a alargar el final,
me obligo y se que lo hago,
un final que no tuvo principio,
un final que me duele tanto
que me invento las siguientes palabras.
Con lo que ella siempre me ha querido.

21 de diciembre de 2009

Túnel

He pasado por túneles míseros,
ni eligiendo ni sientiendo.
Oscuridad y desgracia estaban
pegados fuertes a mi nuca.

Y el pasaje me resultó barato,
otros se obligaron a pagarlo.
Eligiendo y sintiendo estaban
sufrían pegados a mi destino.

Cuando estás en boca de todos
y tú tan siquiera te oyes,
no eres nada, no eres nadie.
He sido un fantasma por tres años.

Y te quiero, por mi vida que lo hago,
pero pisas mi cuello a cada paso.
Y te odio, te juro que lo hago,
pero me das miseria y contraste.

Ahora huelo y saboreo la salida.
Huele a whisky, sabe a humo.
Me hundo en lo que me llevó a la soberbia
pero es que esto no puede ser tan bueno.